«Was kümmert mich der Vöglein Sang
Hoch in der blauen Luft?
Was kümmert mich der Glocke Klang
Die dort zur Andacht ruft?
Will ja nur Form in Farben,
Ob bunt sie oder grau,
Will nur der Sonne Glitzern
Dort auf der Gräser Tau,
Will nur das nächt’ge Dunkel
Dort in dem düstern Tann
Auf meine Leinwand bannen,
So gut ich's eben kann.
Wär’ nur die Hand geschickter,
Dann könnt’ es mir gelingen
Durch’s Konterfei zu sagen,
Wie Vöglein singen, Glocken klingen.»
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«¿Qué me importa el canto de los pájaros
en lo alto del aire azul?
¿Qué me importa el sonido de la campana
que allí llama a la devoción?
Sólo quiero la forma en colores,
Ya sea colorida o gris,
Sólo quiero que el sol brille
Allí sobre el rocío de las hierbas,
Sólo quiero la oscuridad nocturna
Allí en el sombrío abeto
Capturarla en mi lienzo
lo mejor que pueda.
Si tan sólo mi mano fuera más hábil,
Entonces podría tener éxito
Decir a través de la semejanza,
cómo cantan los pájaros, cómo suenan las campanas.»
Koloman Moser (1868-1918)
En 1896, Koloman Moser, que entonces tenía 28 años, escribió estos versos en su diario. Acababa de terminar sus estudios en la Academia de Bellas Artes y en la Escuela de Artes y Oficios de Viena, y las amplias oportunidades para desarrollar su talento no habían hecho más que empezar.
Citado en Belvedere Werkverzeichnisse, Koloman Moser. Ein Genie auf der Suche nach Vollkommenheit
(Maria Rennhofer)